Las mezclas
Tal y como se mencionó anteriormente, las mezclas corresponden a una clasificación de la materia y se dividen en dos categorías: mezclas homogéneas y mezclas heterogéneas. A su vez, éstas también se dividen, tal y como lo muestra la imagen M-01. Cabe destacar, de todas formas, que sin importar que tipo de mezcla ésta sea, siempre se compondrá por dos partes, una mayoritaria, denominada dispersante, y otra(s) en menor cantidad, denominada(s) fase(s) dispersa(s).
Imagen M-01: Clasificación de las mezclas.
Como se aprecia en la imagen anterior, las soluciones (o disoluciones, ambos nombre son válidos) son mezclas homogéneas, es decir, mezclas donde los componentes de ésta no se distinguen entre sí a simple vista o con la utilización de microscopios. Ejemplos de este tipo de mezcla son el agua de mar o el aire que respiramos. Si quieres tener más detalles de las soluciones, haz click aquí.
Por su parte, las mezclas heterogéneas tienen a las suspensiones, que corresponden a mezclas donde la fase dispersa de distingue del dispersante y es posible de ser filtrada. Esto último es relevante, porque es una característica esencial que las distingue de los coloides, los cuales no pueden ser filtrados (sino que, para separarlos, se debe centrifugar). Es por eso, que éstos últimos se consideran una fase intermedia entre las mezclas homogéneas (que tampoco pueden ser filtradas) y las mezclas heterogéneas (porque es posible distinguir los componentes de la mezcla).
Ahora bien, ¿porque los coloides no pueden ser filtrados? Esto es debido al tamaño de su fase dispersa. En este sentido, podemos decir que las mezclas se pueden clasificar según el tamaño de partícula de la fase dispersa correspondiente, tal y como se aprecia en la imagen M-02.
Imagen M-02: Clasificación de las mezclas según el tamaño de la fase dispersa (nm significa nanómetro).